Pensamos que los personajes están al servicio de una historia, que son ellos los que tienen que encajar en los huecos para que todo tenga sentido. Procuramos colocarlos con cuidado, procurando que guarden coherencia y no destaquen en el conjunto del collage. Pero a veces no encajan y terminamos por amartillarlos hasta que quedan incrustados en la trama. Mirémoslo de otra forma. ¿Y si la historia estuviera al servicio de los personajes? ¿Y si ellos pudieran vivir su propia historia? En lugar de tener que limarlos y perfilarlos hasta encajar, podríamos construir una historia a su alrededor, más moldeable, más uniforme. ¿Difícil? Para nada. Debemos tener en cuenta que una historia surge a raíz de un protagonista que quiere (o debe) alcanzar un objetivo. Para ello puede valerse de la ayuda de otros personajes. También habrá uno o más antagonistas que se interpondrán en su camino o serán quienes le proporcionen la motivaci. Todo gira en torno a personajes. Son el motor de la historia.
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