En las clases de escritura David Vicente nos ha puesto bastantes ejemplos de Truman Capote para explicarnos algunos conceptos. Tanta era la insistencia, que me despertó la curiosidad de conocer de primera mano su obra. Así decidí afrontar esta lectura de la que he sacado bastantes frutos. Acompañadme si queréis conocerla conmigo.
Título: A sangre fría
Autor: Truman Capote
Esta novela es la historia de un asesinato y la posterior investigación. Sin embargo, no tiene nada que ver con una novela policiaca al uso. Sabemos desde el principio quiénes son los asesinos, incluso antes de que cometan el crimen. Sabemos quiénes van a morir. Entonces, ¿qué misterio tiene?
A sangre fría nos cuenta todo lo que hay detrás de un asesino, al estilo de Arthur Conan Doyle en las segundas partes de sus libros sobre Holmes. No obstante, lo hace de una manera mucho más efectiva. Doyle separa el asesinato de los motivos y nos los cuenta a posteriori. Aquí conocemos a los asesinos a lo largo de toda la trama, pero ni siquiera son importantes los motivos. Los importantes son ellos.
Es absolutamente genial cómo Capote nos muestra la personalidad de cada uno de los criminales a través de infinidad de detalles bien escogidos. Cartas, conversaciones, testimonios... Cada una pinta un nuevo trazo del retrato y refuerza los anteriores. Dick y Perry brillan tanto que hasta carece de importancia que el resto de personajes sean planos y poco interesantes. Son reales, tangibles... gente que te podrías encontrar al otro lado de la esquina.
La trama no es nada del otro mundo. Ni siquiera considero que capte mi atención. No tiene apenas giros y los que hay son muy suaves. Aunque es algo que podría mejorarse, es verdad que va muy acorde al estilo realista periodístico de la obra y juega a favor del desarrollo de los dos asesinos. Poner demasiadas cosas inesperadas me habría llamado más la atención, pero también le habría restado algo de credibilidad. Aun así, mejorable.
Es en esa voz periodística donde reside parte del encanto de la obra. Aunque pueda hacerse tediosa a veces, plasma una fotografía fiel de los escenarios, de la gente... Además ayuda a realzar la frialdad y la distancia con la que se tratan estos asuntos en sedes judiciales y en los medios de comunicación.
Lo mejor de la novela es que te hace plantearte de verdad si Dick y Perry merecen morir en la horca. Sobre todo en el segundo caso, uno tiene la sensación durante todo el libro de que, aunque haya apretado el gatillo, no puede culparle por completo. Incluso cuando ambos han sido apresados y se enfrentan a la pena capital, no dejé de preguntarme en qué página se libraría Perry de la muerte. Y quizás no fuese tanto por las pistas que Capote iba dejando por el camino, sino por los deseos de que la cosa resultara así que me había provocado. Que la historia pueda provocarnos semejante conflicto ante la figura de un asesino despiadado es, simplemente, magistral.
Título: A sangre fría
Autor: Truman Capote
Esta novela es la historia de un asesinato y la posterior investigación. Sin embargo, no tiene nada que ver con una novela policiaca al uso. Sabemos desde el principio quiénes son los asesinos, incluso antes de que cometan el crimen. Sabemos quiénes van a morir. Entonces, ¿qué misterio tiene?
A sangre fría nos cuenta todo lo que hay detrás de un asesino, al estilo de Arthur Conan Doyle en las segundas partes de sus libros sobre Holmes. No obstante, lo hace de una manera mucho más efectiva. Doyle separa el asesinato de los motivos y nos los cuenta a posteriori. Aquí conocemos a los asesinos a lo largo de toda la trama, pero ni siquiera son importantes los motivos. Los importantes son ellos.
Es absolutamente genial cómo Capote nos muestra la personalidad de cada uno de los criminales a través de infinidad de detalles bien escogidos. Cartas, conversaciones, testimonios... Cada una pinta un nuevo trazo del retrato y refuerza los anteriores. Dick y Perry brillan tanto que hasta carece de importancia que el resto de personajes sean planos y poco interesantes. Son reales, tangibles... gente que te podrías encontrar al otro lado de la esquina.
La trama no es nada del otro mundo. Ni siquiera considero que capte mi atención. No tiene apenas giros y los que hay son muy suaves. Aunque es algo que podría mejorarse, es verdad que va muy acorde al estilo realista periodístico de la obra y juega a favor del desarrollo de los dos asesinos. Poner demasiadas cosas inesperadas me habría llamado más la atención, pero también le habría restado algo de credibilidad. Aun así, mejorable.
Es en esa voz periodística donde reside parte del encanto de la obra. Aunque pueda hacerse tediosa a veces, plasma una fotografía fiel de los escenarios, de la gente... Además ayuda a realzar la frialdad y la distancia con la que se tratan estos asuntos en sedes judiciales y en los medios de comunicación.
Lo mejor de la novela es que te hace plantearte de verdad si Dick y Perry merecen morir en la horca. Sobre todo en el segundo caso, uno tiene la sensación durante todo el libro de que, aunque haya apretado el gatillo, no puede culparle por completo. Incluso cuando ambos han sido apresados y se enfrentan a la pena capital, no dejé de preguntarme en qué página se libraría Perry de la muerte. Y quizás no fuese tanto por las pistas que Capote iba dejando por el camino, sino por los deseos de que la cosa resultara así que me había provocado. Que la historia pueda provocarnos semejante conflicto ante la figura de un asesino despiadado es, simplemente, magistral.
Comentarios
Publicar un comentario