Esta semana repetimos ejercicio, aunque esta vez se trataba de aplicar la literatura a una crónica política. La verdad es que no me ha quedado mal. Molaría ver cosas así en los periódicos. ¿A vosotros qué os parece?
Diez años después de que Iron Man irrumpiera en las pantallas de los cines con su traje futurista y su chulería identitaria, Mariano Rajoy pretende imitar al hechicero de la franquicia. Tranquilos, que no pretende sacar la energía de universos alternativos para subirnos la factura de la luz. Hasta la maldad tiene sus límites en el universo Marvel.
No, lo que quiere es mucho más sencillo. Aplacar la cólera de esas hordas de pensionistas que vagan por las calles en los últimos dos meses como salidos de The Walking Dead. ¿El motivo? Una subida pírrica de sus pagas. ¿El objetivo? Bueno, eso ya depende de a quién entreviste uno.
Sea como sea, los sindicatos han aprovechado la coyuntura para reivindicar el sistema de pensiones públicas. Unas pensiones que cada día baten récords en el peso que ejercen sobre las arcas del estado.
Nadie sabe muy bien cómo resolver este problema. Solo la solución ofrecida por Thanos se antoja definitiva y 100% eficaz, pero el gobierno tampoco dispone del Guantelete del Infinito.
Aun así, Rajoy necesitaba hacer frente a esta crisis. Entre otras cosas porque el PP tiene su mayor caladero de votos en la tercera edad; uno supone que las neuronas van perdiendo fuelle conforme se envejece. Inspirado en Stephen Strange, contraataca con una subida de las pensiones, suponemos que sacando el dinero de un universo alterno, como el héroe del cómic.
Tan brillante y original es la estrategia, que en Europa están igual de desconcertados que el resto. El gobierno ha recibido advertencias de la imposibilidad de la medida, pero este argumenta que será plausible gracias a los impuestos tecnológicos. Ninguna sorpresa. Ya hemos visto estas semanas que el Dr. Strange y Tony Stark no se llevan del todo bien…
Por desgracia para Rajoy, su proeza mística no ha sido suficiente para contentar a la tercera edad. No entienden de razones ni de superhéroes. No cuando se trata de cobrar la paga a final de mes. Es la misma ira que embarga a Hulk y que lo hace imparable. La misma que tambalea los cimientos del bloque electoral popular, que hasta ahora parecía hecho de vibranium.
Mariano Strange
Marvel nos ha deslumbrado en la última década con un elenco de superhéroes que los niños recitan de memoria y los mayores admiran con cierta nostalgia. Con Dr. Strange la compañía daba el salto al mundo mágico de su universo. Una magia que no era sino la utilización de la energía procedente de universos alternativos para obrar la fantasía.Diez años después de que Iron Man irrumpiera en las pantallas de los cines con su traje futurista y su chulería identitaria, Mariano Rajoy pretende imitar al hechicero de la franquicia. Tranquilos, que no pretende sacar la energía de universos alternativos para subirnos la factura de la luz. Hasta la maldad tiene sus límites en el universo Marvel.
No, lo que quiere es mucho más sencillo. Aplacar la cólera de esas hordas de pensionistas que vagan por las calles en los últimos dos meses como salidos de The Walking Dead. ¿El motivo? Una subida pírrica de sus pagas. ¿El objetivo? Bueno, eso ya depende de a quién entreviste uno.
Sea como sea, los sindicatos han aprovechado la coyuntura para reivindicar el sistema de pensiones públicas. Unas pensiones que cada día baten récords en el peso que ejercen sobre las arcas del estado.
Nadie sabe muy bien cómo resolver este problema. Solo la solución ofrecida por Thanos se antoja definitiva y 100% eficaz, pero el gobierno tampoco dispone del Guantelete del Infinito.
Aun así, Rajoy necesitaba hacer frente a esta crisis. Entre otras cosas porque el PP tiene su mayor caladero de votos en la tercera edad; uno supone que las neuronas van perdiendo fuelle conforme se envejece. Inspirado en Stephen Strange, contraataca con una subida de las pensiones, suponemos que sacando el dinero de un universo alterno, como el héroe del cómic.
Tan brillante y original es la estrategia, que en Europa están igual de desconcertados que el resto. El gobierno ha recibido advertencias de la imposibilidad de la medida, pero este argumenta que será plausible gracias a los impuestos tecnológicos. Ninguna sorpresa. Ya hemos visto estas semanas que el Dr. Strange y Tony Stark no se llevan del todo bien…
Por desgracia para Rajoy, su proeza mística no ha sido suficiente para contentar a la tercera edad. No entienden de razones ni de superhéroes. No cuando se trata de cobrar la paga a final de mes. Es la misma ira que embarga a Hulk y que lo hace imparable. La misma que tambalea los cimientos del bloque electoral popular, que hasta ahora parecía hecho de vibranium.
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