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Pobre Fede

Aquí os dejo la versión definitiva de la obra de teatro que se estrenó el 22 de junio por parte de la compañía Teatro de Hojalata. Espero que os guste.


Pobre Fede



ESCENA 1
Claudia camina impaciente por el salón con el móvil en la mano. No deja de mirar la pantalla cada poco. Se pasea una y otra vez por delante del sofá. De vez en cuando, su vista se dirige a la mesita que hay al lado. Sobre ella, un teléfono fijo, un reloj que marca las 5:00 y una fotografía. En la fotografía aparecen tres personas: una mujer, un hombre y una niña.
CLAUDIA
Y no lo coge… (Eleva un poco el tono). ¡Y no lo coge! ¡Será posible…! (Se detiene en medio de la sala. Agita la cabeza y resopla enfadada). ¡Para qué narices le regalo yo un teléfono tan caro a esta niña! Ya me lo decía Mari Trini… (Se da golpecitos con el dedo en la frente). «Tú lo que tenías que hacer es meterla en vereda. Que esta niña se te está subiendo a la chepa. Suspende la mitad de los exámenes y aprueba la otra mitad por los pelos. A la que te descuides, ¡como la golfa de tu hermana!» (Se muerde los labios. Frunce el ceño y da una patada al suelo). Fuera de casa a los 18, el día de su cumpleaños; tres hijos en tres años y viviendo en una pocilga con ese melenudo de las motos… (Levanta la cabeza. No parece tan enfadada, sino fastidiada). Pero claro, todos los gandules tienen suerte y al final no les va tan mal…

Claudia vuelve a pasearse de un lado a otro. Masculla entre dientes sin que se le entienda nada. Después de unas cuantas vueltas, se detiene. Tiene los ojos puestos en la fotografía de la mesita.
CLAUDIA
(Con mucha acritud) Todos los gandules tienen suerte y la gente trabajadora… (Se pone la mano en el rostro, dolida). ¿Por qué tenías que dejarnos? ¿Qué no te daba yo? (Niega con la cabeza). ¡Esta niña necesitaba un padre! Pero a ti no te gustaba ahondar tanto como que te ahondaran… ¿Por qué fuiste tan cobarde? ¿Por qué nos rompiste la vida?
Claudia se deja caer en el sofá y resopla. Solloza de forma contenida durante un tiempo. Luego se seca las lágrimas. Gruñe con decisión y se cruza de brazos.
CLAUDIA
Si se ha creído que soy tonta… ¡A esta la meto yo en vereda! ¡Vamos que si la meto! (Se inclina hacia el público y baja un poco la voz). Mucho Fede, mucho Fede… pero si se cree que voy a dejar que tire su vida por la borda con ese tuercebotas… Me va a escuchar cuando llegue…
Se apagan las luces y el escenario queda en penumbra.

ESCENA 2
Alba entra a su casa de noche a hurtadillas. Todo está oscuro. Camina todo lo sigilosa que puede para llegar a su habitación. No está en plenas facultades.
Le suena el móvil. Un mensaje. Ella lo lee y se ríe en voz baja. Contesta.
Sin embargo, al llegar al salón las luces se encienden. Su madre estaba allí sentada en el sofá, esperándola. Alba da un respingo y tropieza.
CLAUDIA
¿Qué horas son estas?
ALBA
¡Mamá…! (Vacila. Intenta recuperar la compostura) Se guarda el móvil en el bolsillo). ¿Qué haces aquí?
CLAUDIA
¿Qué hago aquí? (Señala el teléfono). ¿Para qué narices te regalamos un móvil tan caro si no lo coges?
ALBA
Es que… ¡se me acabó la batería! (Le cuesta hablar. Se siente lenta).
CLAUDIA
Ah, ¿sí? (Pausa).
ALBA
Sí… claro… (Se sienta con su madre). ¿Quieres hablar de algo más o… puedo irme a dormir? (Se acaricia un poco la sien con molestia).
CLAUDIA
No, por supuesto. Solo estaba preocupada… (La abraza para darle dos besos y Alba corresponde. Claudia aprovecha para cogerle el móvil del bolsillo). ¡Ajá! (Se separa de golpe todavía más enfadada).
ALBA
¡Eh! ¡Devuélvemelo! ¡Es mío! (Forcejea asustada con su madre).
CLAUDIA
(Consigue zafarse y se incorpora con autoridad). Pero, ¿te crees que soy tonta, hija? ¡Lo he oído sonar cuando has entrado! (Empieza a manipularlo. Alba está cada vez más nerviosa). Ahora veremos qué estupideces te mete ese pánfilo de Fede en la cabeza…
ALBA
¿Fede?
CLAUDIA
¡No intentes negarlo! (Deja de mirar el móvil y fulmina a su hija). Sé perfectamente cómo te mira. Esos aires de gallo con los que se mueve… Esa pinta de rebelde sin causa que me trae… (Vuelve al móvil). Podrías aprender algo de tu amiga Ana. Ella tiene los pies en el suelo; no como tú.
ALBA
(Se levanta muy alterada). ¡Dame eso! (Le quita el móvil de las manos sin importarle empujar a su madre). ¡Muy bien! ¡Ya lo sabes! ¡Estoy saliendo con Fede y no voy a dejarle por mucho que te empeñes, vieja bruja!
CLAUDIA
(Escandalizada). ¡Cómo! ¡Cómo te atreves a hablarle así a tu madre!
ALBA
(Desafiante). ¡Como te mereces!
CLAUDIA
¡no sabes…! ¡No sabes el daño que me haces, hija! (Se lleva una mano al pecho entre triste y humillada). ¡Yo, que solo quiero lo mejor para ti…!
ALBA
¡Pues déjalo ya! ¿Nadie te ha pedido tu opinión! Si quiero que Fede me monte en la parte de atrás de su coche, me va a montar. ¿Lo entiendes? (Claudia empieza a llorar). ¡Anda! ¡Deja de hacerte la víctima y vete a dormir! A ver si se te quita la tontería…
Claudia sale llorando de escena. Alba se mantiene firme y enfadada. Luego se relaja y resopla.

ESCENA 3
Alba se sienta en el sofá y se quita los zapatos. Se recuesta y fija la mirada en el marco de la mesita. Resopla. De repente le suena el móvil. Esta vez es una llamada. Sonríe alegre y la coge.
ALBA
(En tono bajo para que no lo oiga su madre). ¡Hola, mi amor! (Pausa). Sí, ya estoy en casa. Mi madre me estaba esperando… (Apena el rostro). Sí, me la ha montado buena. Piensa que estoy saliendo con el tonto de Fede… (Pausa. Se ríe). Sí, lo sé. Es estúpido… (Pausa larga). No, lo siento. Todavía no… No lo ha superado aún. (Pausa. Titubea, nerviosa). ¿Cuándo? No, no lo sé. Pero todavía no puede ser. (Abre los ojos como platos. Silencio). ¿Me lo estás diciendo en serio? No… no puedes ponerme en esta tesitura… (Pausa. Mira la foto. Mira hacia donde se fue su madre. Se mira el regazo). Lo siento. Lo siento mucho. Entonces esto se acabó. (Silencio. Alba solloza quedamente). Adiós, Ana… (Cuelga).

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